¿Puede un gato convertirse en Dios y ascender al Olimpo?
¡Maullidos celestiales!
En una revelación que ha sacudido tanto a amantes de los gatos como a teólogos por igual, científicos y expertos en felinos han comenzado a debatir una cuestión trascendental: ¿Puede un gato convertirse en Dios?
Esta pregunta ha surgido tras una fotografía viral que muestra a un gato con un reflejo que le hace parecer estar es un ascenso al Olimpo, hogar de los dioses griegos.
Evidencia fotográfica: un salto de fe
Antes de tratar de contestar a la anterior pregunta, veamos qué ha propiciado el debate.
A continuación te presentamos a Clyde.
Clyde es un adorable gatito blanco y esponjoso que se ha vuelto viral gracias a una imagen tomada por su compañera humana Amanda Hyslop.
Y es que Amanda, una tarde cualquiera, estaba fotografiando las nubes. Sin embargo captó una imagen que no se esperaba. En un momento justo el reflejo de su gatito Clyde se reflejó en una ventana y pareció como si Clyde hubiese ascendido al mismísimo cielo y se hubiese convertido en un Dios de los gatos.
Según palabras de Amanda: "Hice una fotografía a mi gato mirando por la ventana y accidentalmente se convirtió en una especie de Dios".
A los usuarios de la red social X (antes Twitter) les encantó la imagen, y así lo demuestran los más de un millón de "me gusta". Afortunadamente a Clyde parece que no se le ha subido la fama a la cabeza, tal y como mostró Amanda en una segunda imagen, en la que se ve al gatito descansando tranquilamente de espaldas al sol, alejado de la fama de las redes.
Sin embargo, la imagen de Clyde como un Dios ha suscitado un acalorado debate.
Deidades con bigotes: perspectiva histórica
Históricamente, no es la primera vez que los gatos son venerados.
Recordemos a los antiguos egipcios, que los adoraban creyendo que tenían poderes mágicos.
Al fin y al cabo... ¿quién puede culparles? Cualquiera que haya visto a un gato ignorar las leyes de la física al aterrizar de un salto imposible podría pensar que hay algo sobrenatural en juego.
Teología moderna: Purr-adigmas cambiantes
En la era moderna, aunque la adoración de gatos no es una religión oficial (aún, el gatolicismo está cerca), no se puede negar que ocupan un lugar especial en los corazones y hogares de muchos.
¿Quién no ha obedecido alguna vez la demanda silenciosa de un gato para abrir una puerta o proporcionar comida?
Testimonios: confesiones de creyentes felinos
Muchos dueños y dueñas de gatos testifican experiencias místicas con sus mascotas.
Desde encontrarles en lugares imposibles sin explicación alguna hasta miradas que parecen penetrar el alma, los gatos han sido una fuente constante de asombro y misterio.
Conclusión divina: un misterio insondable
Ahora sí, vamos con la pregunta que nos ocupaba. ¿Puede un gato convertirse en Dios?
Mientras los teólogos se rascan la cabeza y los científicos ajustan sus microscopios, la respuesta podría estar en el ronroneo de tu propio gato. Tal vez no necesiten convertirse en dioses, pues ya han conquistado el mundo... desde la comodidad de sus almohadones.
Y es que si tu gato aún no ha ascendido al Olimpo, probablemente es porque prefiere la comodidad de tu sofá. Y, siendo honestos, ¿quién no?
Así que la próxima vez que veas a tu gato mirando fijamente a la nada o haciendo acrobacias imposibles, recuerda: quizás estés en presencia de un ser divino... o tal vez solo es hora de su próxima comida.
¡La línea entre divinidad y hambre en un gato es, después de todo, sorprendentemente delgada!
Epílogo: Un maullido al viento
A día de hoy la foto del "gato divino" sigue circulando por internet, inspirando memes, debates filosóficos y quizás incluso un nuevo culto, el mencionado gatolicismo.
En este mundo moderno, donde la realidad a menudo supera la ficción, ¿quién puede decir realmente dónde termina la ciencia y comienza la divinidad felina?
Una cosa es segura: nuestros amigos felinos seguirán gobernando nuestros corazones y hogares, ya sea como simples mascotas o como dioses peludos y misteriosos. Y, sinceramente, ¿no es esa la verdadera magia de los gatos?
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